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Foto del escritorRaquel Plou

Uno de cada dos niños con altas capacidades sufre bullying

Actualizado: 18 ene 2019


El acoso escolar es un problema que sufren miles de niños cada día, pero, si además esos niños tienen altas capacidades, el acoso puede llegar a ser mayor. Para tratar de detectar y prevenir el bullying existen asociaciones que llevan a cabo distintas actividades relacionadas con el asesoramiento a centros escolares, las tutorías entre iguales o el apoyo a las familias.


Logotipo asociación No al Acoso Escolar (NACE). Fuente: Página oficial NACE.

Es el caso de la Asociación No al Acoso Escolar (NACE), que tiene un convenio con CONFINES, (Confederación Nacional de Asociaciones de Altas Capacidades, a la que están adheridas las asociaciones de las distintas comunidades autónomas). En 2017 llevaron a cabo un estudio basado en un cuestionario a 242 familias catalanas de alumnos con altas capacidades vinculados a la asociación FANJAC (Asociación Promotora de la Fundación para la Ayuda a Niños y Jóvenes de Altas Capacidades).


Javier Pérez, presidente de NACE, considera que los resultados de esa encuesta son realmente preocupantes, sobre todo el porcentaje de alumnos con altas capacidades que se ven afectados: “El dato es alarmante. Lo llamamos el estudio de cara o cruz porque uno de cada dos chavales de altas capacidades ha sufrido acoso en algún momento de su etapa escolar, cuando la media normal es uno de cada cinco o uno de cada cuatro, según la etapa. Los mediocres se instalan ahí dominando el aula y todo lo que es distinto o diferente, lo machacan”.


Los niños con altas capacidades que se encuentran en esta situación intentan esconderse, no destacar, incluso llegan a suspender para no ser diferentes. “Sobre todo pasa en el colectivo de las chicas. Hay muchas disputas en si hay mujeres con altas capacidades o no, o por qué hay tan pocas. El caso es que, probablemente, haya la misma cantidad que de hombres, pero a las chicas les dicen “dónde vas siendo tan lista, que te gustan tanto las mates, no vas a tener nunca novio, no te va a querer nadie” y entonces hay una presión social inconsciente, por llamarlo de alguna manera, que hace que las mujeres se retraigan mucho más”, añade Pérez.


Según el estudio, 4º, 5º y 6º de primaria son los cursos donde se dan más casos de bullying y en secundaria empieza a decaer, aunque el presidente de NACE confirma que “es bastante más intenso. Es más duro, están con los móviles, es más cruel… Pero la cosa puede darse desde que entras al colegio, hemos tenido casos de infantil. Lamentablemente, en el momento que hay colegio y hay grupos, hay una tendencia a que uno pueda someter a otro”. Todo el desarrollo cognitivo que tienen los niños con altas capacidades no va relacionado con un desarrollo emocional igual: “Las altas capacidades no hacen que seas más maduro, entonces eres una persona inestable también, porque no entiendes lo que te crea inseguridades”.


Según Pérez, uno de los mayores problemas es la falta de identificación de esas altas capacidades, ya que muchos niños “no se entienden a sí mismos, no saben qué les pasa, son chavales desafiantes, dicen “¿pero por qué soy tan distinto? ¿pero por qué me pasa esto? ¿por qué no soporto los ruidos? ¿por qué me molesta la etiqueta de la camiseta?”, porque son de altas capacidades hasta en eso, oyen los ruidos más que nosotros, las etiquetas les molestan más, les aprieta más la ropa, tienen una serie de diferencias que, si no lo sabes, no tienen explicación”.


Por otro lado, desde estas asociaciones creen que hay una escasez de formación en el profesorado que hace que se les escapen la mayoría de estas situaciones: “Si el acoso ya es desconocido para el profesor, el acoso y las altas capacidades son dos realidades desconocidas. Hacemos mucha formación con los profesores. Tenemos 200 profesores cada año haciendo el curso de acoso, también hacemos formación con estudiantes de psicología, de magisterio. Es cosa de todos, pero específicamente de los profesores porque lo tienen delante y no lo ven”, añade.


Los niños, en la mayoría de las ocasiones, no cuentan el acoso que sufren por inseguridad, por vergüenza, porque creen que van a poder encontrar soluciones por sí mismos. Normalmente es una situación que se oculta, y que los adultos tardan en saber. En un estudio realizado en el Defensor del Pueblo se preguntaba “¿tú a quién pides ayuda?”. El 60% le pedía ayuda a los amigos, el 14% a la familia y el 10% a los profesores. El 16% restante no lo decía a nadie: “Claro, ese es el peor colectivo, porque si no lo cuentas es algo que vas a llevar toda la vida”, afirma Pérez. “Entre iguales saben lo que va a pasar, cuándo, dónde, por qué, quiénes, lo saben todo. Los adultos nos enteramos tarde y mal. Cuando ya el chaval se pone malo, que no quiere ir, que le duele la barriga, que tiene dolor de cabeza, cuando le han dado una paliza, cuando ya está desesperado, cuando pasa cualquier cosa grave… entonces es cuando nos enteramos nosotros”.


El bullying deja una huella y la condición con la que va dejando huella es la intensidad y el tiempo: “Cuando el bullying es muy intenso, aunque dure poco tiempo, deja huellas, y si es poco intenso, por ejemplo, que te pongan un mote, y dura mucho tiempo, también te deja huellas, entonces te va erosionando. La pérdida más importante es el aislamiento social; en estas etapas en las que el grupo es tan importante, te aíslan, no estás con el grupo, no te entienden… entonces te crea dificultades, fobia social, estrés postraumático, etc.”.


Actualmente, desde NACE están llevando a cabo un proyecto que se llama “Córdoba Suma”, en el que están haciendo una red con todas las asociaciones de colectivos vulnerables de la ciudad de Córdoba ya que “la diferencia hace que sufran más acoso que los chicos entre comillas normales, entonces hemos hecho una red en la que de ser los que más sufren acoso van a ser los que más van a luchar contra el acoso y van a hacer que haya menos acoso en toda la ciudad. Va a ser una ciudad libre de acoso a partir de los que más lo sufren”, asegura Pérez. “Nosotros siempre somos optimistas”, explica, “nuestra misión como asociación es luchar contra los que sufren o han sufrido acoso escolar y no lo llegaron a combatir y se han quedado después, de personas adultas, con problemas de salud emocional, porque el bullying se supera, no se olvida”.


Realizado por: Raquel Plou

Editado por: Irene Ibáñez y Loli Luzón


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