Annete Merino tiene 34 años, es periodista, nació en México y tiene un hijo de 9 años. Sufrió maltrato por parte de su ex marido, y, cuando denuncio, él se dio a la fuga. Hoy, siete años después, sigue recibiendo amenazas. Es una de las fundadoras de la Asociación Somos Más, formada por mujeres supervivientes de la violencia de género.
¿Cómo surgió la Asociación?
En la Casa de la Mujer nos daban diferentes cursos y organizaron el primer curso de defensa personal para mujeres maltratadas. A partir de aquí creamos un grupo de Whatsapp y empezamos a compartir nuestras experiencias y a apoyarnos. Entre todas nos ayudamos a gestionar las emociones negativas. Es importante que la gente sepa de nuestra problemática, pero cuando se hace una denuncia nadie te respalda, esa es la realidad. Por eso surge esta Asociación.
¿Qué recursos tenéis cuando se producen este tipo de situaciones?
Depende de las situaciones, porque a veces no encajas en esas ayudas por pequeños detalles. Hay muchas mujeres que no cobran nada, porque no entran en esa categoría para cobrar 406€ al mes. Se supone que hay órdenes de protección, pero los policías llevan a 40 mujeres, y te llaman cada tres o cuatro meses para preguntarte si estás bien.
¿Cada tres o cuatro meses?
Sí, depende del riesgo que tengas. Mi caso tiene muchos años y han cambiado varios policías y el último que me asignaron ni siquiera sabía que yo tenía un hijo. Cuando le quise dar los datos del colegio, me respondió que si pasaba algo ya me lo preguntaría. Y con el riesgo que tengo, me vi en el hospital con un navajazo y dando los datos del colegio de mi hijo. Y te das cuenta de que hay mucha gente que no se pone en la piel de la mujer maltratada.
¿Tienen más estigma las víctimas que los maltratadores?
Debería focalizarse en lo que pasa con el maltratador. Sé que por la protección de datos no se pueden poner datos de los maltratadores, pero en las condenas firmes… No solo por la mujer que ha sido maltratada, yo no quiero que mi maltratador un día conquiste a otra chica, porque va a vivir un infierno. Creo que deberían empezar a trazar varias líneas, una condena de maltrato debería aparecer en el expediente laboral.
¿La sociedad potencia ese estigma de víctima?
Yo creo que sí. En Somos Más no tenemos una pelea contra los hombres, es una pelea contra los maltratadores. No queremos que nos llamen ni feminazi, ni loca… nos cansamos.
¿Hay un perfil de víctima y maltratador?
El perfil del maltratador es siempre el mismo. Empiezan poquito a poco, con las mismas frases. El perfil de las mujeres maltratadas es super distinto, pero solo se comprende el perfil de la mujer de rodillas llorando. Le puede pasar a cualquiera y hay que saber identificarlo.
¿Cómo es el proceso de denuncia?
Depende. Si llegas tú por cuenta propia o si hubo un incidente y te llevó la policía. Te llevan a la comisaría y empiezas a hacer la denuncia según los hechos. A él lo detienen inmediatamente, al siguiente día se realiza un juicio rápido y determinan si él va a la cárcel o si fue “un empujoncito de nada”. Le ponen orden de alejamiento o de protección y a la calle. Te mandan a casa, diciéndote que él saldrá en una hora. A mí el policía me dijo que evitase una agresión. Y ahí es donde empieza lo duro, porque la protección depende de ti.
¿Y cómo funcionan las órdenes de alejamiento o protección?
Tienes que ver por tu seguridad y tienes que buscarte la vida y estar a salvo. Entonces es donde te vas a encontrar que nadie se moja lo suficiente. Uno de los pasos más importantes para salir adelante es conseguir una estabilidad económica. No queremos ni vivir del Gobierno ni de ayudas, ni oír que es un chollo… nosotras queremos rehacer nuestra vida nosotras.
¿Y los puntos de encuentro, como funcionan?
Los puntos de encuentro son terribles. Se supone que son para conciliación de divorcios y demás, pero también se está usando para llevar a los hijos de maltratadores. Es un sitio que está regulado por una empresa privada, que tiene vinculación con la Iglesia Católica, donde el matrimonio es para toda la vida. Ellos lo niegan, pero nosotros hemos investigado.
Los jueces asignan días o bien donde permanezcan unas horas dentro de ese centro con el maltratador o para que sea el punto de intercambio para que la mujer maltratada deje a su hijo y más adelante venga él a buscarlo y se lo lleve.
¿Y la orden de protección?
Se supone que hay unos reglamentos donde tenemos que llegar antes nosotras, pero él lo sabe, te encierran en una habitación y lo que te separa de tu maltratador es una puerta de madera. Y ahí se queda tu hijo, con una persona a la que le tiene terror. Las personas que trabajan ahí no son psicólogas, no tienen conocimientos de defensa o de seguridad.
Ellos están ahí muchas veces cuando llegamos, te amenazan… y tampoco ayuda a tu recuperación, pero sino cumples esto te quitan a los niños.
¿Os sentís desprotegidas?
Totalmente, estas muy sola y muy jodida. A nosotros nadie nos ayudó, hasta que encontré trabajo yo pase hambre. Y no podía recurrir a ninguna ayuda.
¿No te planteaste volver a México?
Cuando viví esta situación me quería marchar, pero no pude porque él es el padre y tenía que autorizar que el niño saliera del país, sino me podían acusar de secuestro internacional. A pesar de que él se había dado a la fuga y no quiso ver nunca al niño… yo necesitaba su permiso. Por ejemplo, hay mujeres que están denunciando que sus hijas están siendo abusadas sexualmente por los padres, pero no se les permite declarar.
“Queremos cambiar realidades, quizás no las nuestras, pero esperamos que las de las siguientes generaciones”
¿Ni en estos casos? ¿Y entonces quién declara?
Hasta los 16 años no pueden declarar. Declara la madre, que ha sido maltratada. Entonces llega a un instituto mediador y determinan que es un síndrome de alienación parental, que solamente se usa en España. Entonces se acusa a la madre de haber puesto una denuncia falsa.
¿Qué le dirías a la gente que alega las denuncias falsas?
La gente que habla de las denuncias falsas constantemente debería saber que el porcentaje es el 0’018%. Es gente que se ciega en mirar cuál es la problemática del maltrato y se acoge a estas cifras ridículas. A mí ya no me sirve lo de que los problemas de pareja se solucionan en pareja.
¿Debería ser una cuestión política?
Sí, debería ser una cuestión política y que los fondos que hay realmente se usen para quien lo necesita: las mujeres que están sin casa, sin trabajo, sin comer. Para gastar millones en televisión, no. Que se eduque a los jóvenes. Que se hable con más gente y que se explique que un gesto de cada uno puede cambiar la vida de una mujer. Es problema de todos.
¿Veis alguna solución?
Nosotras estamos dando charlas en institutos y colegios, lo que pasa que sí que vemos que los chicos de instituto no prestan tanta atención. Sin embargo, desde muy pequeñitos sí que se podría trabajar. Desde Somos Más la idea surge para cambiar realidades, quizás no las nuestras, pero esperamos que las de las siguientes generaciones.
¿La sociedad no está lo suficientemente concienciada?
Aparentemente sí, pero a efectos prácticos no. Todos tienen fotos chulísimas, camisetas, comparten vídeos… Pero en lo que se necesita día a día con las mujeres maltratadas no.
¿Y la sociedad que puede hacer?
Ayudar a denunciar. Ser parte del movimiento social de reclamar un cambio. Porque si somos 20 o 10 mujeres maltratadas gritando en la calle que se está cometiendo una injusticia no tiene relevancia. Hace falta un movimiento social.
Realizado por: Candela Canales
Editado por: Madalina Panti y Raquel Plou
ETIQUETAS: #Violenciamachista, #SomosMás, #PuntosdeEncuentroFamiliar
Comments